miércoles, 30 de mayo de 2012

Respiras. Y sientes como todo tu cuerpo se balancea de un lado a otro. Cierras los ojos, y coges todo el aire que puedes para hacerte creer unos segundos que ya no perteneces a este mundo.

Tus pupilas se van haciendo grandes poco a poco. Te encojes desnuda y te haces un ovillo entrelazado de heridas. Y ahora es cuando viene ese torbellino de momentos que habéis pasado juntos ¡paspaspas! Son como relámpagos ametralladores amenazando a tu corazón si no les dejas hacerte llorar...



Para ti ya estas muerta. Has muerto tantas veces que ya no sientes el dolor de no existir. Has invernado durante todo el verano y aún así los pocos rayos de luz que asoman por la ventana te hacen daño. Eres débil. Débil y frágil como la primera rosa que te regaló....

Ya no eres nadie para nadie. Ni nada para nada. Solo otra mota de polvo de la que nadie presta atención.




































Y de pronto. Desapareces. Desapareces de su mente. De sus recuerdos. De sus aullidos más íntimos. Desapareces de todo lo que ha existido.

''Por que aunque no lo creas, ya te ha olvidado''

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